A la enfermedad de Lyme se le conoce como la gran imitadora. En muchas ocasiones los síntomas que se reproducen son los mismos que los de otras enfermedades, por lo que su detección e identificación es más complicada.
Cuanto más avanzada está la enfermedad de Lyme más difícil es reconocerla por los síntomas. Por eso, la detección precoz es primordial para poder hacerle frente de forma más efectiva.
Síntomas Lyme Precoz
Uno de los síntomas de la enfermedad de Lyme más conocido es el eritema migrans. Se trata de una mancha o protuberancia roja, que se asemeja a la picadura de un mosquito. Es habitual que aparezca en el lugar donde se ha producido la picadura de la garrapata. A pesar de ser una de las señales más identificativas de esta patología no aparece en todos los casos y no siempre se detecta. Comienza donde está la picadura de garrapata de 3 a 30 días después, aunque lo más habitual suelen ser unos 7 días.
El sarpullido crece durante varios días pudiendo alcanzar los 30 centímetros o más de ancho. Al tocarlo suele estar caliente y, en contadas ocasiones, causa picazón o dolor. Conforme se va agrandando, a veces se aclara, dando una apariencia de blanco de tiro.
Desde que se produce la picadura de la garrapata, hasta semanas o incluso años después, se producen una serie de señales o síntomas que varían dependiendo de la fase de la enfermedad en la que se encuentra el paciente. Si se detecta la enfermedad en los primeros días o semanas después de haber sido infectado los síntomas pueden ser fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, fatiga, dolores musculares y articulares, malestar general y ganglios linfáticos inflamados.
Testimonios pacientes de Lyme
Con una rápida detección depueden evitar muchas complicaciones. Idoia Izura, paciente de Lyme que ha sufrido esta patología dos veces, afortunadamente le diagnosticaron en la primera fase de la enfermedad:
“Tuve esa suerte de un diagnóstico de Lyme rápido y eso ha evitado que me traten de enfermedades que no son. Las primeras pruebas me las hizo mi médico de cabecera y el diagnóstico fue de artritis reumatoide, sobre todo, me dolían las manos y los pies. Entonces tenía 26 años y el reumatólogo me explicó que aquella era una enfermedad crónica y que no iba a remitir.
La opción de tratamiento que me daban eran los corticoides… Salí mal de la consulta y decidí investigar otras posibilidades. Al final localizamos a un especialista en artritis reumatoide con una visión abierta y que respondía a lo que habíamos leído sobre la enfermedad. Desde luego, no íbamos con la idea de un Lyme que era una enfermedad que ni conocíamos. En septiembre de 2013 me diagnosticaron la artritis reumatoide y el Lyme, en marzo del año siguiente.”
Juan Pedro Codes, que también ha padecido la enfermedad considera que los especialistas deberían tener un mayor conocimiento de la enfermedad para poder detectarla en las primeras semanas.
Codes asegura que “lo que necesitan los pacientes de Lyme en España es que se diagnostique pronto porque seguramente mucha gente le tratan de fibromialgia, fatiga crónica o enfermedades autoinmunes y sin éxito. En la medicina pública todos estos tratamientos se hacen con inmunosupresores y esto es la causa de que mucha gente vaya en silla de ruedas, tenga un infarto o una esclerosis. Lo que necesitamos es que esta enfermedad sea visible y se trate de un modo cercano al ciudadano.”
Aún conociendo la enfermedad de Lyme más profundamente, los médicos no solo se encuentran con síntomas similares a los de otras patologías. Además, en ocasiones, los síntomas no se manifiestan en las primeras semanas.
Aún así, aunque no aparezcan, la borrelia sigue avanzando en nuestro organismo. En estos casos, las consecuencias son más graves. Entonces, podemos sospechar que tenemos Lyme si sufrimos parálisis facial, dificultad para respirar, alteración del ritmo cardiaco, entumecimiento o dolor torácico.
Síntomas Lyme Crónico
Cuando la enfermedad de Lyme se encuentra en una fase avanzada es mucho más difícil detectarla y diagnosticarla. Los síntomas son inespecíficos y pueden aparecer, incluso, años después de haberla contraído. Es, por este motivo, que puede ocurrir que no se relacione con la picadura de la garrapata.
Al afectar al sistema inmunológico, si la enfermedad de Lyme ya está en fase avanzada, es muy probable que ya haya afectado a varios órganos, incluso, las consecuencias pueden llegar a ser irreparables.
Cuando se padece Lyme crónico existen dos grandes grupos de síntomas, los neurológicos y los que afectan al aparato locomotor.
Los síntomas neurológicos se pueden manifestar como dificultad para coordinar los movimientos, problemas psiquiátricos, alteraciones de sensibilidad o sensaciones extrañas. Si los síntomas están relacionados con el aparato locomotor puede haber inflamación crónica y/o dolor en las articulaciones, cansancio extremo, dolores musculares.
En este estadio de la enfermedad hay muchos otros síntomas que se pueden producir como cardiacos, pérdida de memoria a corto plazo, inflamación del cerebro y de la médula, dolor punzante en manos y pies, falta de capacidad de concentración o neuralgia.
Generalmente, cuando un paciente tiene síntomas muy dispares que es difícil que se relacionen en una patología concreta, podemos encontrarnos ante la enfermedad de Lyme. Es, entonces, cuando debemos acudir a un especialista. Como le ocurrió a Margaretta Ostlund Gull-Brit, “Yo hace años conté todos los síntomas que tenía y un médico me llegó a decir que no había ninguna enfermedad con tantos síntomas como yo contaba.”
Si padece alguno de los síntomas comentados en este artículo, es conveniente que se ponga en contacto con un especialista lo antes posible. Desde la Fundación Dr. Ángel Bueno Gracia – SOS Lyme les daremos el soporte que necesiten y les podemos poner en contacto con médicos especialistas e investigadores. Conocemos las graves consecuencias que tiene esta patología en la salud y por eso, queremos ayudarles.