“Los pacientes en España necesitan que el Lyme se diagnostique pronto”

paciente de lyme

Juan Pedro considera que la medicina tiene que incorporar otros enfoques y la realidad del mundo en el que vivimos para mejorar en los diagnósticos de Lyme. Después de siete años, este sanitario está rehaciendo su vida con paciencia y un gran auto cuidado.

Juan Pedro, estás saliendo de un proceso de 7 años con el Lyme ¿en qué momento estás?

En estos momentos estoy en tratamiento con antibióticos y estoy esperando resultados de la analítica de revisión. El tratamiento está siendo muy intensivo, empecé en febrero y estoy bien en relación a como estaba hace unos años. También creo que está yendo bien porque yo me cuidaba mucho en el momento de empezar la terapia y mi cuerpo ha respondido. Si tienes un estilo de vida sano, puedes tardar menos en recuperarte, como ha sido mi caso, aunque es verdad que también he requerido de psicólogos.  

¿Cuál es ahora tu sintomatología?

Ahora estoy recuperando y restructurando mi organismo aunque veo que a nivel cognitivo me cuesta mucho. Además, hay días que a las 7 de la tarde ya estoy muy cansado, es como un síndrome post infección.  Lo que pasa con el Lyme es que en unos meses te quedas débil y no puedes seguir una vida normal porque el cuerpo necesita semanas de recuperación. El mío ha sido un proceso de años y con muchos vaivenes.

Vaivenes ¿en qué sentido?

En mi entorno, en la sociedad, me sentía incomprendido. Me hicieron exámenes previos de colon o de digestivo, me dolía todo el cuerpo y esto ha repercutido en toda mi vida. Los especialistas en Lyme comentan que después de la enfermedad hay un cambio enorme en las personas, en la forma que tenemos de afrontar las cosas y en la manera de ver la vida, te hace más fuerte. Yo ahora estoy contento y pienso que lo que necesitan los pacientes en España es que se diagnostique pronto porque seguramente mucha gente le tratan de fibromialgia, fatiga crónica o enfermedades autoinmunes y sin éxito. En la medicina pública todos estos tratamientos se hacen con inmunosupresores y esto es la causa de que  mucha gente vaya en silla de ruedas, tenga un infarto o una esclerosis. Lo que necesitamos es que esta enfermedad sea visible y se trate de un modo cercano al ciudadano.

Eres sanitario ¿Por qué crees que pasa esto que no se tratan enfermedades o se desconocen?

Yo creo que al final es cuestión de financiación y recursos, una cuestión de intereses. La vacuna del covid ha sido muy prioritaria porque se necesitaba que los ciudadanos y la economía se recuperasen pero ¿pasó lo mismo con la vacuna del VIH? Depende del interés farmacéutico. La medicina pública es muy necesaria y hay buenos profesionales pero te tratan de manera superficial. Se necesita integrar otros enfoques médicos y la realidad del mundo en el que vivimos. No va a la par cómo se está tratando las enfermedades de un punto de vista biologicista y paternalista y no se complementa con el mundo tóxico en el que se vive hoy en día.

Tratamientos completos y holísticos para el Lyme

¿Estás desencantado de la sanidad?

He trabajado en la sanidad pública 2 años pero bueno, ahora estoy en el proceso y recuperándome de la enfermedad. Mi sueño es trabajar de forma holística, teniendo en cuenta el sistema digestivo, la psiconeuroinmunología…y no es que desprecie la sanidad pública pero si se integrara todo, el paciente mejoraría en este tipo de patologías. Obviamente hay patologías en las que la medicina convencional es la adecuada y además creo que la sanidad está dando un giro y todo irá integrándose, aunque sea de forma lenta por los intereses que hay.

Este enfoque holístico del que hablas ¿Lo has conocido a raíz de tu diagnóstico de Lyme?

Esta vertiente la he tenido siempre en mi naturaleza, he querido ver el trasfondo de todo e ir más allá. Antes del diagnóstico de Lyme, estudiaba mucho porque sabía que había algo más.  Me vi solo y desamparado de la sanidad porque veía que los análisis de la sanidad pública eran negativos y yo no estaba bien. Llegué a un punto de desesperación y me decía “yo sé que no estoy loco pero no puedo seguir así”.

¿Cómo llegaste al diagnóstico de Lyme?

Pasé un periodo de estudio de artículos y lecturas y todo me llevaba a pensar que tenía intoxicación por metales pesados. Entonces contacté con un especialista por eso y a partir de ahí, con las pruebas, llegamos al diagnóstico de Lyme. Yo llevaba mal más o menos siete años pero iba cada vez peor.

¿Cuál había sido el diagnóstico hasta ese momento?

Nada, en teoría un diagnóstico concreto no me habían dado. Todas las pruebas eran negativas y me fueron diciendo que dejara de comer gluten, que hiciera análisis de VIH…fueron mirando varias cosas pero no sabían por dónde tirar, nunca me hicieron un diagnóstico completo. Nada de lo que me decían se correlacionaba con lo mal que me sentía.  

Con todo lo que has pasado ¿qué dirías a otros pacientes que empiezan por este proceso?

Que busquen fuentes buena y, no se dejen asesorar por cualquiera sino por especialistas que contemplen todos los aspectos de su malestar. Sobre todo que sepan que lo que peor puede hacerles sentir es la incomprensión, es lo que puede llevar a la desesperación.

Decías que tus síntomas neurológicos persisten ¿cómo vas llevando el día a día con el Lyme?

Como tengo esta vertiente de ir más allá, la meditación me ha ayudado mucho. Y en mi caso, también el estar solo. Hay días en los que te preguntan cómo estás y no quieres hablar. Por otra parte, nadie ha entendido que con mi actividad, estuviera cansado. Esto me ha afectado mucho a mis relaciones y lo que me ha reconfortado es hablar con una persona que ha pasado lo mismo

¿Sabes cuánto te queda de tratamiento?

Lo que pauta el ritmo es la evolución y la analítica de revisión, y ahora estoy esperando los resultados. Creo que va a ir todo bien, aunque todavía me sienta cansado.

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