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Qué es la enfermedad de Lyme y cuáles son sus fases

Qué es el Lyme y su historia

El Lyme es una enfermedad infecciosa que se contrae por la picadura de una garrapata o de un mosquito, pulga, chinche u otros insectos infectados. Aunque se cree que su origen es anterior, no se definió como tal hasta 1975 después de investigar las causas del elevado número de casos de artritis reumatoide infantil en la localidad de Old Lyme, en Estados Unidos.

La conclusión a la que llegaron los investigadores en aquel momento fue que la infección se había contraído a través de la bacteria Borrelia burgdorferi, transmitida por la picadura de una garrapata del género ixodes. Desde entonces, hemos aprendido mucho más de esta enfermedad difícil. Sin embargo, la investigación y los sanitarios no avanzan a la velocidad a la que evoluciona la enfermedad el Lyme es la principal enfermedad transmitida por vector en Estados Unidos y su incidencia en Europa es cada vez mayor.

Hay unanimidad al considerar que la proliferación de las garrapatas tiene relación con el cambio climático: las temperaturas más suaves no solo amplían los periodos de reproducción de este artrópodo, sino que las migraciones de aves, por ejemplo, la transportan a través de Europa como no lo habían hecho hasta ahora.

Por otro lado, el ser humano vive en un ambiente cada vez más tóxico, lleno de química, radiaciones y sobrecargas constantes del sistema inmune, que conllevan cada vez un sistema defensivo menos eficiente y esto facilita que este tipo de infecciones se activen y se conviertan en una enfermedad epigenética, con síntomas tan variados como la variedad genética de las personas. Por eso es tan complejo su diagnóstico.

Sin embargo, el auténtico peligro está en la propia infección y en la complejidad de la enfermedad. Las personas enfermas de Lyme se enfrentan a un duro camino en el que no hallan respuestas. La comunidad médica no está familiarizada con esta enfermedad y el interés en avanzar en su conocimiento parece cosa de unos pocos profesionales.

El nombre por el que se conoce al Lyme nos habla de su carácter huidizo para el diagnóstico: “la gran imitadora”. Sus síntomas se asimilan a los de otras enfermedades, desde la artritis hasta la depresión. Por eso, muchos pacientes reciben diagnósticos de síndrome de fatiga crónica, fibromialgia o esclerosis múltiple sin que los tratamientos lleguen a ser eficaces. El retraso en el diagnóstico es fatal para quienes sufren esta patología. Si no se trata con antibióticos en su primera fase – Lyme precoz – la infección avanza por el organismo derivando en un Síndrome de Infección Multisistémica, como se llama ya al Lyme crónico.

Con frecuencia, el Lyme provoca una situación de autoinmunidad que habitualmente se trata con inmunosupresores. Imaginemos lo que ocurre cuando un organismo con varias infecciones crónicas activas recibe un tratamiento inmusosupresor. El paciente empeora y desde luego no mejora. Este ya es un signo sospechoso de que se puede tratar de un Lyme y deberíamos acudir a un experto.

Qué es la enfermedad de Lyme

Fases de la Enfermedad de Lyme

Lyme precoz: los síntomas aparecen en los primeros días y su tratamiento con antibiótico es eficaz. Es importante el diagnóstico a tiempo

Lyme de diseminación temprana: se manifiesta con síntomas que pueden parecerse a los de la gripe y otras consecuencias neurológicas y musculares importantes.

Lyme crónico: también llamado Síndrome de Multiinfección Multisistémica, muchos órganos y tejidos pueden verse afectados por la borrelia. Esta es una bacteria muy agresiva y ataca a todo el organismo.

Fases de la enfermedad de Lyme

Una epidemia silenciosa en el mundo globalizado

La Enfermedad de Lyme se encuentra presente en aproximadamente 80 países alrededor del mundo y su incidencia crece de forma progresiva. De hecho, se dice que es una de las primeras epidemias del cambio climático y las autoridades europeas han alertado a los países miembros sobre la importancia de establecer criterios comunes para el diagnóstico.

Se dice que solo en Europa puede haber un millón de personas con la enfermedad, sin embargo, no fue hasta 2018 cuando la neuroborreliosis de Lyme se incluyó en la lista de enfermedades bajo vigilancia epidemiológica de la UE, y se dio a conocer formalmente una definición uniforme de caso de la UE.

 

La Enfermedad de Lyme es una de las enfermedades transmitidas por vectores que más rápido crece en Occidente. En los Estados Unidos su incidencia ha aumentado en los últimos años, situándose en casi 400.000 el número de nuevos casos de Lyme cada año. Muchos de ellos incluyen co-infecciones. En Europa se ha confirmado un notable aumento de los casos documentados, que superan los 360.000 en los últimos 20 años. Mientras que, en el Reino Unido, los casos se han multiplicado por 10 desde 2001. Y también aumenta la incidencia en Asia.

Hechos sobre el Lyme

Vigilar la presencia de garrapatas

Cuanto más tiempo permanece una garrapata en la piel, mayor es el riesgo de transmisión de la Enfermedad de Lyme.

El peligro de una garrapata infectada

Las ninfas de garrapata son más peligrosas y las más difíciles de identificar. Tienen el tamaño de una cabeza de alfiler.

Coinfecciones en el Lyme

Las coinfecciones más comunes en el Lyme son la Chlamydia, Mycoplasma, Babesia, Bartonella, Rickettsia, Coxsackie  y Ehrlichia.

Diagnóstico certero del Lyme

Una persona con Lyme tarda una media de 2,5 años en obtener un diagnóstico certero de Lyme.

Tratamiento antibiótico en el Lyme

El tratamiento antibiótico es eficaz para terminar con la infección, pero insuficiente para sanar a los pacientes.

Contagio vía sanguínea del Lyme

El Lyme puede contagiarse vía sanguínea, y puede transmitirla una mujer embarazada al feto.

El Lyme, una enfermedad endémica

El Lyme es ya una enfermedad endémica en algunas zonas de Europa y las autoridades comunitarias piden un consenso en cuanto a los criterios epidemiológicos y facultativos.

Vivir con Lyme, síntomas, diagnóstico y tratamiento

¿Qué significa vivir con Lyme? ¿Cómo afecta esta enfermedad a las personas? Y, sobre todo, ¿cómo puedo saber si el malestar que siento corresponde con la Enfermedad de Lyme?

La vida de las personas que padecen la Enfermedad de Lyme , incluso la de sus cuidadores, puede convertirse en un camino muy difícil, de especialista en especialista, con un diagnóstico erróneo o incompleto y un tratamiento insuficiente que no aborda con eficacia esta patología y que puede generar resistencias progresivas, reduciendo las posibilidades de curación.

Lo primero que debemos tener en cuenta es que el mejor tratamiento contra la enfermedad es la Prevención. Mantenernos alejados de las picaduras o reconocerlas cuando se producen nos puede llevar a detectar de forma rápida el Lyme precoz, la primera fase de la enfermedad.

Uno de los riesgos de la evolución del Lyme es que la mayor parte de los pacientes no recuerdan haber sufrido una picadura – que ha podido tener lugar meses e incluso años atrás- y pocos especialistas asocian los síntomas, que coinciden con los de otras enfermedades, con el Lyme.

Es muy complicado encontrar un médico capaz de poder curarnos. Es más, no sólo debe tener los conocimientos, sino el equipamiento y las instalaciones adecuadas. Afortunadamente, existen clínicas especializadas, con Unidades de Hospital de Día, dedicadas específicamente al tratamiento del Lyme crónico.

Por eso insistimos tanto en algo que es fundamental para avanzar de forma positiva: si crees que tienes Lyme, contacta con alguien que se haya curado y pídele consejo, es la mejor guía para conocer los pasos a seguir. Pero, sobre todo, busca un médico experto con experiencia en el tratamiento del Lyme y que trabaje en las instalaciones adecuadas.

Normalmente, los tratamientos no los cubre la sanidad pública, ni tampoco las compañías de seguros sanitarios. El paciente, además del sufrimiento por los síntomas que le produce la enfermedad, precisa de un nivel económico importante, para afrontar todos los gastos que surgen del diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad. Desgraciadamente este es otro hándicap importante para que uno pueda curarse.

Vivir con Lyme garrapatas

¿Puedo reconocer la enfermedad de Lyme por sus síntomas?
Fases del Lyme y sus síntomas

Estadio inicial o fase precoz

La manifestación más característica del Lyme en su estadio inicial es una erupción rojiza en forma de diana, un eritema migrans. Pero a pesar de ello, solo aparece en el 9% de los pacientes. La mayoría de las erupciones son sólidas y no cuentan con un centro claro por lo que la mayoría de las veces los médicos se equivocan al diagnosticarlo. En esta fase los pacientes pueden mostrar síntomas como fiebre, escalofríos, malestar general, cansancio, dolor de cabeza, dolores articulares y musculares y rigidez de cuello.

Lyme de diseminación temprana

Entre los síntomas que presentan los pacientes se encuentran: entumecimiento o dolor causado por afectación de los nervios, debilidad o parálisis de los músculos faciales (Parálisis de Bell), alteraciones del ritmo cardíaco, dificultad para respirar, dolor torácico, manifestaciones neurológicas, cardíacas o articulares agudas. Todos ellos semanas después del contagio.

Fase de diseminación tardía o Lyme crónico

Dolores musculares y articulares cambiantes o no, inflamación de las articulaciones, movimientos anormales de los músculos (fasciculaciones), debilidad muscular con sensación de entumecimiento y hormigueo (parestesias), alteraciones cognitivas, dificultades en el habla, visión borrosa, problemas auditivos, depresión y/o ansiedad, neuropatías, problemas cardíacos... Son solo algunos de los síntomas más comunes del Lyme crónico. Muchos de los síntomas que se dan en esta fase no son específicos y se dan en muchas otras enfermedades. Incluso varían según los días o a lo largo de día.

Vivir con Lyme

Lo que caracteriza muchas veces al Lyme crónico es la gravedad de los síntomas, su variabilidad y el grado de discapacidad y desesperación que experimentan sus enfermos. Los pacientes padecen dolores propios de los pacientes en estado post-operatorio, síntomas neurológicos al nivel de los enfermos de esclerosis múltiple y discapacidad funcional comparable a la que sufren quienes han padecido un ataque al corazón. Por otro lado, lo habitual es que los enfermos de Lyme crónico padezcan una media de tres síntomas severos o muy severos.

Es más, como las pruebas habituales salen negativas, al final el paciente acaba siendo derivado a unidades de psiquiatría, pensando que es una somatización y se trata de una enfermedad psiquiátrica. Desgraciadamente el paciente no mejora y además afirma y reafirma que no tiene ningún problema de este tipo, y así es.

¿POR QUÉ ES COMPLICADO EL DIAGNÓSTICO DE LYME?

DIAGNÓSTICO​

El primer paso para un diagnóstico de Lyme es un análisis. Pero no todas las analíticas son fiables ya que se requiere medir un amplio rango de parámetros.

Todos estos son los aspectos que debe tener en cuenta un especialista a la hora de diagnosticar la enfermedad.

signos y sintomas

Tal y como ya hemos dicho anteriormente, se pueden encontrar con frecuencia muchos signos y síntomas de la Enfermedad de Lyme en otras enfermedades, lo que hace que el diagnóstico sea muy difícil.

eritema migrans

Cuando el paciente no presenta el sarpullido característico conocido como eritema migrans, es habitual que el médico consulte la historia clínica de éste en búsqueda de alguna coinfección relacionada y le pregunte si ha estado expuesto a factores de riesgo como haber estado en zonas boscosas y/o con hierba alta.

analítica

Es habitual también que el facultativo solicite la realización de una analítica completa que incluya serológica de distintas bacterias y virus, perfil hepático, tiroideo, pruebas reumáticas, vitaminas, minerales, etc.

test específicos

Para determinar el diagnóstico de forma concluyente, también es habitual realizar un test en LCR; test de inmunoglobulina G e inmunoglobulina M, y test de posibles infecciones asociadas, como babesiosis, ehrlichiosis Chlamydia pneumoniae, virus diversos o Bartonella henselae. Además, hoy es posible una prueba de ADN en orina o sangre. No se realiza en España, pero hay algún médico que la prescribe. Si sale positivo, aunque hay que completar el diagnóstico, sí es concluyente que tenemos Lyme.

Otras pruebas

Un experto en Lyme además estudiará el nivel de toxicidad que tiene el paciente: productos químicos, glifosato, micotoxinas o metales pesados. También es importante conocer cómo está la defensa celular del paciente y su sistema inmune. Por último, aparte de detectar las deficiencias de vitaminas, minerales, aminoácidos, enzimas y ácidos grasos, es fundamental conocer cómo está el intestino. Descartar infecciones acompañantes de bacterias y hongos intestinales.

No obstante, hay que ser conscientes de que esta clase de pruebas pueden arrojar falsos negativos, pues si la picadura de la garrapata infectada es reciente, el paciente podría no haber tenido tiempo de desarrollar anticuerpos. Además ante un Lyme crónico, el paciente habitualmente ya está inmunodeprimido, no se defiende y por eso la serología Elisa sale negativa.

TRATAMIENTO

Es importante tener en cuenta que la mayoría de las personas mordidas por una garrapata no desarrollan la enfermedad de Lyme u otras enfermedades transmitidas por garrapatas porque no todas están infectadas. Dependiendo del tipo de garrapata, transmiten patógenos desde la primera hora después de la picadura, pero cuanto más tiempo permanezcan enganchadas, mayor será el riesgo de transmisión. Es por esta razón que, como primer paso, cuando se produce la picadura, se debe realizar un seguimiento de al menos 30 días para comprobar si aparece una erupción en la zona que rodea el sitio de la picadura. Además, si el sistema inmunológico del paciente está activo, la enfermedad puede no desarrollarse durante años mientras siga siéndolo. Incluso a lo largo de la vida.

Si el diagnóstico de la Enfermedad de Lyme se produce en su fase inicial, el tratamiento con antibióticos puede ser efectivo. Si no se trata a tiempo, la infección puede causar complicaciones severas en articulaciones, corazón y sistema nervioso, pudiendo, incluso, extenderse al cerebro. Existen también casos en los que pese a haberse diagnosticado y tratado, algunos pacientes han terminado por desarrollar un Lyme crónico que les impide llevar a cabo una vida normal.

En lo que respecta al tratamiento, resulta conveniente empezar a administrarlo en las primeras 72 horas después de que se haya retirado la garrapata de la piel, aún incluso antes de haber confirmado mediante diferentes pruebas que se trata de Lyme. Este tratamiento se realiza con antibióticos (doxiciclina, amoxicilina, azitromicina, etc.) y se aplica durante un periodo que puede oscilar entre los 10 días y las 4 semanas, dependiendo de la fase de la enfermedad y la intensidad de los síntomas del paciente.

No obstante, muchos médicos consideran que el tratamiento de la Enfermedad de Lyme debe ser personalizado para cada paciente pues la garrapata infectada puede llegar a transmitir además de la bacteria causante del Lyme otras muchas infecciones como Chlamydia, Mycoplasma, Bartonella, Ehrlichia, Babesia, el virus Powassan o el virus Bourbon.

Donde se encuentra la enfermedad de Lyme en el mundo

La Enfermedad de Lyme podemos encontrarla en más 80 países de todo el mundo. Es una enfermedad endémica en Norte América y en numerosas zonas de Europa y Asia y por supuesto en España.  Desde la Organización Mundial de la Salud se considera que es una de las enfermedades transmitidas por vector más comunes. 

Sin embargo, todas las cifras que puedan darse son inexactas ya que la Enfermedad de Lyme está infradiagnosticada y no hay criterios epidemiológicos para su vigilancia comunes entre países, ni entre regiones.

El cambio climático es uno de los factores que preocupan a la comunidad internacional ya que propicia la transmisión de la Enfermedad de Lyme. Según el Harvard Medical School Centre, en sesenta años las zonas geográficas con presencia de garrapatas aumentarán en un 123 por ciento.

Además, la Organización Mundial de la Salud, en su artículo Ecosystems and Human Well-being, afirma que “tendencias como la deforestación o el cambio climático afectan a los insectos portadores de enfermedades como la malaria o el Lyme”.

Por otro lado, un sistema inmune humano cada vez más deteriorado, facilita que la enfermedad se mantenga y cada vez haya más enfermos buscando su curación.

En Europa, se estima que casi un millón de personas viven con la Enfermedad de Lyme, diagnosticadas o no. Además, según la Unión Europea, en las zonas más afectadas por esta patología un 40 por ciento de las garrapatas pueden transmitir el Lyme.

Podemos encontrar la enfermedad de Lyme con más incidencia en países de Europa Central: Alemania, Austria, República Checa, Hungría, Suiza, Eslovenia y Eslovaquia.

Organizaciones internacionales más importantes relacionadas con la Enfermedad de Lyme

ILADS

International Lyme and Associated Diseases Society. Sociedad médica internacional que reúne a profesionales para avanzar en el diagnóstico y tratamiento y establecer unas directrices comunes entre todos los profesionales.

Lyme Disease Association

Asociación de pacientes que cubre todo el territorio de Estados Unidos. La organización tiene más de 30 años, es en este país donde se descubrió la enfermedad y hay un mayor activismo de la población para apoyar a las personas con la enfermedad.

ILADEF

International Lyme and Associated Diseases Educational Foundation. Fundación asociada a la ILADS que trabaja para que los profesionales de la medicina conozcan y se especialicen en la Enfermedad de Lyme.

Global Lyme Expert Group

Esta es una organización independiente integrada por los mayores especialistas en la Enfermedad de Lyme en Europa.

ASSOCIATION FRANCE LYME

Asociación muy activa en Francia interesada en todas las enfermedades transmitidas por garrapatas. Tiene actividades en todas las regiones francesas. Trata de visualizar la problemática de la enfermedad y los problemas de diagnóstico y la obtención de tratamientos efectivos por médicos expertos.

Lyme Europe Tour

Proyecto dirigido por Déborah Jublin, con formación en naturopatía y a la que el Lyme le ha hecho enfocar su vida en la lucha por poner en su lugar a esta enfermedad. Realiza un tour por todos los países europeos, recabando información sobre la situación del Lyme en cada país. Un esfuerzo personal, profesional y familiar digno de elogio.

Enfermedad de Lyme en España

La Enfermedad de Lyme se encuentra repartida por todo el mundo siguiendo un patrón de zonas endémicas paralela a la distribución de la garrapata vector. En España, estas garrapatas predominan en la mitad noroeste de la península donde las condiciones climáticas, orografía y presencia de animales son idóneas para su desarrollo y donde su economía se basa en gran medida en las actividades agrícolas y ganaderas.

Estamos hablando de Aragón, Galicia, Cantabria, Asturias, País Vasco, Navarra, La Rioja y Castilla León. Más al sur únicamente están presentes en áreas montañosas y húmedas.

Recientes estudios observaciones y descriptivos afirman que la incidencia actual del Lyme en España es de 0,25 por cada 100.000 habitantes, siendo más alta en varones (0,28 por 100.000 habitantes). Entre comunidades autónomas el resultado más alto se registra en Asturias (1,98 por 100.000 habitantes) y La Rioja (1,01 por 100.000 habitantes). A nivel provincial, destaca Lugo con la incidencia más alta (2,95 por cada 100.000 habitantes) seguido de Huesca (1,09 por cada 100.000 habitantes). Mientras que, por sexos, predomina la incidencia del Lyme en el sexo masculino en todas las provincias, a excepción de Huesca, donde es más alta en mujeres.

Dónde se encuentra el Lyme
30 %

Por edades, el 50% de los pacientes afectados en España tienen más de 53 años

21 %

En cuanto a la distribución temporal, es más alta en verano (31%)

Distribución de la garrapata Ixodes Ricinus en España (fuente: ECDE)

Lyme en el mundo España