¿Tienes dudas? Te escuchamos.

Vivir con Lyme, síntomas, diagnóstico y tratamiento

¿Qué significa vivir con Lyme? ¿Cómo afecta esta enfermedad a las personas? Y, sobre todo, ¿cómo puedo saber si el malestar que siento corresponde con la Enfermedad de Lyme?

La vida de las personas que padecen la Enfermedad de Lyme , incluso la de sus cuidadores, puede convertirse en un camino muy difícil, de especialista en especialista, con un diagnóstico erróneo o incompleto y un tratamiento insuficiente que no aborda con eficacia esta patología y que puede generar resistencias progresivas, reduciendo las posibilidades de curación.

Lo primero que debemos tener en cuenta es que el mejor tratamiento contra la enfermedad es la Prevención. Mantenernos alejados de las picaduras o reconocerlas cuando se producen nos puede llevar a detectar de forma rápida el Lyme precoz, la primera fase de la enfermedad.

Uno de los riesgos de la evolución del Lyme es que la mayor parte de los pacientes no recuerdan haber sufrido una picadura – que ha podido tener lugar meses e incluso años atrás- y pocos especialistas asocian los síntomas, que coinciden con los de otras enfermedades, con el Lyme.

Es muy complicado encontrar un médico capaz de poder curarnos. Es más, no sólo debe tener los conocimientos, sino el equipamiento y las instalaciones adecuadas. Afortunadamente, existen clínicas especializadas, con Unidades de Hospital de Día, dedicadas específicamente al tratamiento del Lyme crónico.

Por eso insistimos tanto en algo que es fundamental para avanzar de forma positiva: si crees que tienes Lyme, contacta con alguien que se haya curado y pídele consejo, es la mejor guía para conocer los pasos a seguir. Pero, sobre todo, busca un médico experto con experiencia en el tratamiento del Lyme y que trabaje en las instalaciones adecuadas.

Normalmente, los tratamientos no los cubre la sanidad pública, ni tampoco las compañías de seguros sanitarios. El paciente, además del sufrimiento por los síntomas que le produce la enfermedad, precisa de un nivel económico importante, para afrontar todos los gastos que surgen del diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad. Desgraciadamente este es otro hándicap importante para que uno pueda curarse.

Vivir con Lyme garrapatas

¿Puedo reconocer la enfermedad de Lyme por sus síntomas?
Fases del Lyme y sus síntomas

Estadio inicial o fase precoz

La manifestación más característica del Lyme en su estadio inicial es una erupción rojiza en forma de diana, un eritema migrans. Pero a pesar de ello, solo aparece en el 9% de los pacientes. La mayoría de las erupciones son sólidas y no cuentan con un centro claro por lo que la mayoría de las veces los médicos se equivocan al diagnosticarlo. En esta fase los pacientes pueden mostrar síntomas como fiebre, escalofríos, malestar general, cansancio, dolor de cabeza, dolores articulares y musculares y rigidez de cuello.

Lyme de diseminación temprana

Entre los síntomas que presentan los pacientes se encuentran: entumecimiento o dolor causado por afectación de los nervios, debilidad o parálisis de los músculos faciales (Parálisis de Bell), alteraciones del ritmo cardíaco, dificultad para respirar, dolor torácico, manifestaciones neurológicas, cardíacas o articulares agudas. Todos ellos semanas después del contagio.

Fase de diseminación tardía o Lyme crónico

Dolores musculares y articulares cambiantes o no, inflamación de las articulaciones, movimientos anormales de los músculos (fasciculaciones), debilidad muscular con sensación de entumecimiento y hormigueo (parestesias), alteraciones cognitivas, dificultades en el habla, visión borrosa, problemas auditivos, depresión y/o ansiedad, neuropatías, problemas cardíacos... Son solo algunos de los síntomas más comunes del Lyme crónico. Muchos de los síntomas que se dan en esta fase no son específicos y se dan en muchas otras enfermedades. Incluso varían según los días o a lo largo de día.

Vivir con Lyme

Lo que caracteriza muchas veces al Lyme crónico es la gravedad de los síntomas, su variabilidad y el grado de discapacidad y desesperación que experimentan sus enfermos. Los pacientes padecen dolores propios de los pacientes en estado post-operatorio, síntomas neurológicos al nivel de los enfermos de esclerosis múltiple y discapacidad funcional comparable a la que sufren quienes han padecido un ataque al corazón. Por otro lado, lo habitual es que los enfermos de Lyme crónico padezcan una media de tres síntomas severos o muy severos.

Es más, como las pruebas habituales salen negativas, al final el paciente acaba siendo derivado a unidades de psiquiatría, pensando que es una somatización y se trata de una enfermedad psiquiátrica. Desgraciadamente el paciente no mejora y además afirma y reafirma que no tiene ningún problema de este tipo, y así es.

¿POR QUÉ ES COMPLICADO EL DIAGNÓSTICO DE LYME?

DIAGNÓSTICO​

El primer paso para un diagnóstico de Lyme es un análisis. Pero no todas las analíticas son fiables ya que se requiere medir un amplio rango de parámetros.

Todos estos son los aspectos que debe tener en cuenta un especialista a la hora de diagnosticar la enfermedad.

signos y sintomas

Tal y como ya hemos dicho anteriormente, se pueden encontrar con frecuencia muchos signos y síntomas de la Enfermedad de Lyme en otras enfermedades, lo que hace que el diagnóstico sea muy difícil.

eritema migrans

Cuando el paciente no presenta el sarpullido característico conocido como eritema migrans, es habitual que el médico consulte la historia clínica de éste en búsqueda de alguna coinfección relacionada y le pregunte si ha estado expuesto a factores de riesgo como haber estado en zonas boscosas y/o con hierba alta.

analítica

Es habitual también que el facultativo solicite la realización de una analítica completa que incluya serológica de distintas bacterias y virus, perfil hepático, tiroideo, pruebas reumáticas, vitaminas, minerales, etc.

test específicos

Para determinar el diagnóstico de forma concluyente, también es habitual realizar un test en LCR; test de inmunoglobulina G e inmunoglobulina M, y test de posibles infecciones asociadas, como babesiosis, ehrlichiosis Chlamydia pneumoniae, virus diversos o Bartonella henselae. Además, hoy es posible una prueba de ADN en orina o sangre. No se realiza en España, pero hay algún médico que la prescribe. Si sale positivo, aunque hay que completar el diagnóstico, sí es concluyente que tenemos Lyme.

Otras pruebas

Un experto en Lyme además estudiará el nivel de toxicidad que tiene el paciente: productos químicos, glifosato, micotoxinas o metales pesados. También es importante conocer cómo está la defensa celular del paciente y su sistema inmune. Por último, aparte de detectar las deficiencias de vitaminas, minerales, aminoácidos, enzimas y ácidos grasos, es fundamental conocer cómo está el intestino. Descartar infecciones acompañantes de bacterias y hongos intestinales.

No obstante, hay que ser conscientes de que esta clase de pruebas pueden arrojar falsos negativos, pues si la picadura de la garrapata infectada es reciente, el paciente podría no haber tenido tiempo de desarrollar anticuerpos. Además ante un Lyme crónico, el paciente habitualmente ya está inmunodeprimido, no se defiende y por eso la serología Elisa sale negativa.

TRATAMIENTO

Es importante tener en cuenta que la mayoría de las personas mordidas por una garrapata no desarrollan la enfermedad de Lyme u otras enfermedades transmitidas por garrapatas porque no todas están infectadas. Dependiendo del tipo de garrapata, transmiten patógenos desde la primera hora después de la picadura, pero cuanto más tiempo permanezcan enganchadas, mayor será el riesgo de transmisión. Es por esta razón que, como primer paso, cuando se produce la picadura, se debe realizar un seguimiento de al menos 30 días para comprobar si aparece una erupción en la zona que rodea el sitio de la picadura. Además, si el sistema inmunológico del paciente está activo, la enfermedad puede no desarrollarse durante años mientras siga siéndolo. Incluso a lo largo de la vida.

Si el diagnóstico de la Enfermedad de Lyme se produce en su fase inicial, el tratamiento con antibióticos puede ser efectivo. Si no se trata a tiempo, la infección puede causar complicaciones severas en articulaciones, corazón y sistema nervioso, pudiendo, incluso, extenderse al cerebro. Existen también casos en los que pese a haberse diagnosticado y tratado, algunos pacientes han terminado por desarrollar un Lyme crónico que les impide llevar a cabo una vida normal.

En lo que respecta al tratamiento, resulta conveniente empezar a administrarlo en las primeras 72 horas después de que se haya retirado la garrapata de la piel, aún incluso antes de haber confirmado mediante diferentes pruebas que se trata de Lyme. Este tratamiento se realiza con antibióticos (doxiciclina, amoxicilina, azitromicina, etc.) y se aplica durante un periodo que puede oscilar entre los 10 días y las 4 semanas, dependiendo de la fase de la enfermedad y la intensidad de los síntomas del paciente.

No obstante, muchos médicos consideran que el tratamiento de la Enfermedad de Lyme debe ser personalizado para cada paciente pues la garrapata infectada puede llegar a transmitir además de la bacteria causante del Lyme otras muchas infecciones como Chlamydia, Mycoplasma, Bartonella, Ehrlichia, Babesia, el virus Powassan o el virus Bourbon.